Cómo cumple Dios sus planes
“En aquellos días... se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado… Iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea… a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén”.
(Lucas 2:1-4)
El emperador romano Augusto César había decretado un censo de la población. Quería medir su poder a través del número de sus habitantes. Pero no imaginaba las consecuencias de esta decisión. Jesús iba a nacer en Belén de Judea, según lo anunciado por el profeta Miqueas (Miqueas 5:2).
Dios se sirvió de este emperador romano, que ignoraba que su decreto solo era un instrumento en las manos de Dios para cumplir la profecía. El hecho capital era el nacimiento de este niño en Belén, y no el censo en sí. El decreto puso en movimiento todo el Imperio, pero en medio de esta agitación, Dios cumplía sus planes.
Lo que parecía importante para el mundo eran las decisiones del emperador; lo que parecía insignificante, y que incluso él ignoraba, era el viaje de José a Belén. En medio de la multitud, nadie se preocupó por el humilde carpintero, por María y el niño que iba a nacer. Sin embargo, era en Belén donde el Mesías debía nacer, en el lugar y el momento escogidos por Dios. Aún es más sorprendente ver que el censo no tuvo lugar en el momento en que fue decretado, sino más tarde (Lucas 2:2).
Así Dios cumple sus planes concernientes a la humanidad en su tiempo, y el hombre, incapaz de verlos, se pierde aquello que llena el corazón de Dios. Pero Dios habló y mandó escribir su Palabra. Sólo por fe, creyendo lo que Dios dice, conocemos a Jesús. El Salvador que Dios envió a la tierra. “Dios… hace grandes cosas, que nosotros no entendemos” (Job 37:5).
-Noche de Paz-
Historia del popular villancico navideño
En la Nochebuena del 24 de diciembre de 1818, el órgano de la iglesia de San Nicolás, de Oberndorf, que necesitaba una restauración desde hacía tiempo, ya no funciona, ¡y es Nochebuena! El párroco auxiliar Joseph Mohr, de 26 años, busca una solución para el arreglo musical de la Navidad. Lleva al organista Franz Xaver Gruber un poema navideño de seis estrofas, para que lo musicalice. Lo ha escrito en 1816 en Mariapfarr, lugar muy adentrado en las montañas de los Alpes.
Ese mismo día, compone Gruber una sencilla melodía para dos voces y coro. “Noche de Paz, noche santa” fue cantada después de la Misa del Gallo, a la luz de las velas, a dos voces por Mohr (tenor) y Gruber (bajo), junto al Belén de la iglesia -que hoy se encuentra en la ciudad de Ried, en la Alta Austria-, con el acompañamiento de Mohr a la guitarra.
Cuando “¡Noche de paz, noche santa!” sonó por primera vez en la noche del 24 de diciembre de 1818, nadie, ni siquiera sus dos creadores, podía imaginar que llegaría a ser tan conocida y popular. Una melodía sencilla, ajustada a las instrucciones de las autoridades eclesiásticas para el cultivo de los cantos religiosos en aquella época, en compás de 6/8, para dos voces y coro. No se trata de un himno litúrgico en sentido estricto, por lo que pronto se introdujo en los hogares de la clase media para la celebración festiva de la Navidad, a lo que también contribuyó el uso de la lengua culta en lugar del dialecto. La melodía tiene rasgos tanto de canción pastoril como de canción de cuna.
Al principio se consideraba una “canción tirolesa”, porque el organero Mauracher, del Zillertal, en el Tirol, que se ofreció a restaurar el órgano en Oberndorf en 1824, lo llevó a su tierra natal. Varias familias de cantantes del Zillertal difundieron la canción: se dice que la familia Rainer la cantó allí ya en la Navidad de 1819, y tres años después también para el emperador Francisco I de Austria y su invitado de Rusia, el zar Alejandro. La familia Strasser, también del Zillertal, fabricaba guantes y combinaba presentaciones en ferias con actuaciones musicales. Está demostrado que los cuatro niños Strasser cantaron “Noche de Paz” en Leipzig en las Navidades de 1831.
Los viajes que hacía para cantar la familia Rainer los llevaron hasta Nueva York, donde “Noche de Paz” se escuchó por primera vez en 1839. La canción se difundió todavía más por su inclusión en diversas colecciones y entre los himnos litúrgicos protestantes, lo que se explica porque la letra de la canción subrayaba menos la fuerte devoción católica a María que era habitual en las Navidades de la época. En el siglo XIX hubo incluso voces críticas de clérigos católicos: sobre el texto, porque decían que era sentimental y de poco gusto, por lo que no podía captar el misterio de la Navidad; sobre la melodía, porque era plana y monótona, y porque otros himnos religiosos eran preferibles. Pero eso no pudo impedir que se extendiera por todo el mundo.
Hoy
La iglesia de San Nicolás, donde se oyó por primera vez “Noche de Paz”, fue demolida a principios del siglo XX debido a las constantes inundaciones y al peligro de hundimiento. En sustitución se levanta desde 1937 la capilla memorial octogonal Gruber-Mohr en un lugar seguro de Oberndorf.
Existen traducciones y versiones de la canción en más de 320 idiomas y dialectos. Normalmente se cantan las estrofas primera, segunda y sexta.
En los lugares donde nacieron y trabajaron Gruber y Mohr, en Salzburgo y en la Alta Austria, hay museos y monumentos conmemorativos de “Noche de Paz”. Pero también en otros lugares, incluso en los Estados Unidos, en Frankenmuth, Michigan, hay un extenso archivo relacionado con la canción, donado por la familia Bronner, y en la propiedad contigua hay placas con la letra de “Noche de Paz” en 311 idiomas.
En 2004, se dio a un asteroide el nombre de “Gruber-Mohr”. En 2011, “Noche de paz, noche santa” fue reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural mundial inmaterial.
“...os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”. (Lucas 2:11)
“... de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16)
La Capellanía del Hospital Evangélico les desea una feliz y bendecida Navidad en armonía y paz junto a sus familias.
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